FÁCIL es mentir, después se complica.

Es difícil darse cuenta el momento justo en el que se cometerá un error.
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Es difícil reconocer que se ha cometido.
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Es difícil catalogarlo como tal.
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Es difícil sentirse culpable del mismo.
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Es difícil pedir perdón y convencerse de que lo acontecido es culpa de uno.
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Es difícil entender por que razón las cosas son como son.
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Es difícil mantenerse entero en estos días que corren.
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Es difícil entender por que razón los demás actúan de una u otra manera.
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Es difícil mantener las relaciones basadas en las reacciones.
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Es difícil encontrar pasiones que cubran los agujeros del alma.
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Es difícil reconocer las intenciones sin involucrarse realmente.
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Es difícil hacer bien las cosas.
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Es difícil explotar verdaderamente las propias cualidades.
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Es difícil no sentirse un poco harto de esperar resultados.
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Dijo el poeta mientras cebaba el primer mate del día:

¡Claro!, FÁCIL, FÁCIL, es la “tabla del 1” a partir de ahí las cosas se van complicando. Pero déle palante nomás que a veces algo sale bien y la cara de sorpresa nos dura varios días.
¿O que pensaba que era la felicidad?
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¡QUESELEVACER!
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Cruz J. Saubidet®
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Extraído desde: http://cruzsaubidet.blogspot.com/
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